Las copas menstruales existen desde hace mucho tiempo, más que los tampones. (En realidad, la primera patente de una copa menstrual se presentó antes que la primera patente de un tampón). Pero hace poco que han pasado a primer plano como forma de complementar el cuidado del periodo. Las que ya usan copas menstruales se sienten muy, muy seguras de ellas: la palabra “cambio de vida” ha surgido.
En lugar de tener que elegir entre compresas y tampones, las copas menstruales amplían tus opciones ofreciendo una solución que te aporta algo diferente. Por supuesto, hay que tener en cuenta algunas cosas importantes, además de una complicada curva de aprendizaje. Esto es lo que necesitas saber.
¿Qué es una copa menstrual?
Las copas menstruales es una copa fabricada con silicona de calidad médica especialmente diseñada para adaptarse a la vagina. La introduces durante el periodo para que recoja (en lugar de absorber) la sangre; sus bordes se adaptan a la vagina, por lo que crea un sellado bastante infalible cuando se introduce correctamente; más adelante hablaremos de ello.
Luego, una vez que te la quitas, puedes verter la sangre, enjuagar la copa con agua y jabón (o con las toallitas que vienen con la copa), y volver a colocarla para otra ronda de cobertura del periodo. Una genialidad, ¿verdad? El proceso debería ser indoloro, y el material de silicona significa que puedes reutilizarla mes tras mes hasta un año.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de usar una copa menstrual?
El uso de una copa menstrual tiene algunas ventajas importantes. La primera es que es reutilizable. Esto no sólo te permite ahorrar dinero a largo plazo, sino que además no tendrás que pedir tampones a tus amigas si se te acaban. En lugar de eso, sólo tienes que enjuagarlos, lavarlos y volver a utilizarlos. Puedes llevar la copa menstrual durante un máximo de 12 horas, aunque es posible que quieras cambiarla antes. A diferencia de las compresas, es invisible y, por lo general, no produce sensación alguna, siempre y cuando la hayas introducido correctamente.
El inconveniente es que puede ser difícil de colocar correctamente, sobre todo si nunca has utilizado una. Las copas menstruales conllevan una curva de aprendizaje que suele llevar un par de ciclos, y te obligan a acercarte a tu vagina de forma MUY personal. Si no consigues sellarla bien una vez dentro, la copa podría tener fugas.
La copa menstrual también es un poco sucia: Como no la tiras como las compresas y los tampones, tienes que limpiarla enjuagándola con agua y jabón suave cada vez que te la vuelvas a colocar. Eso puede ser difícil de hacer en un baño público, y ni siquiera estamos incluyendo el hecho de que la copa puede hacer un sonido extraño mientras la sacas.
¿Cómo se usa la copa menstrual?
Como muchas otras cosas en la vida, un poco de práctica puede ayudar mucho. A continuación te explicamos cómo utilizar la copa menstrual si es la primera vez que la usas.
Doblar la copa menstrual
Empieza por respirar profundamente. A continuación, dobla la copa menstrual. Hay varias formas de hacerlo, y todo depende de la forma en que te sientas más cómoda. La forma más fácil, y por lo tanto la más recomendable para las principiantes, es el pliegue en C, en el que se presiona la copa en plano, se pellizca en el centro y se dobla para crear una forma de C. (Puedes ver una demostración en nuestra Guía de tazas, si eres más de aprender visualmente).
Insertar la copa doblada
A continuación, introduce la copa plegada en la vagina como harías con un tampón. Una vez que la sueltes, la copa se abrirá. Para asegurarte de que se adhiere a la pared de tu vagina, tira suavemente del tallo unas cuantas veces y gíralo en círculo. No deberías sentirlo una vez que esté dentro, y si lo sientes, sácalo y vuelve a intentarlo. Es cierto que la práctica hace la perfección, pero incluso las personas que llevan años utilizando copas menstruales necesitan volver a hacerlo una o dos veces para asegurarse de que está bien colocada.
Retirar la copa menstrual
Una vez que estés lista para retirar la copa, primero debes romper el sello. Atención: Al igual que la inserción, este proceso también puede llevar un minuto, así que no te preocupes si te lleva unos cuantos intentos. Es útil empezar en posición de cuclillas. En primer lugar, tantea en busca del tallo. Una vez que lo encuentres, pellizca la base de la copa (no el tallo) para romper el sello y retírala con cuidado, ya que lo último que quieres es derramarla sobre tu ropa. Puedes tirar el fluido menstrual en el inodoro, el lavabo o la ducha, lo que te resulte más cómodo.